El enyesado

Hoy como otros días, he venido a visitar a un amigo que por una de esas vueltas de la vida y algo de mala suerte, está enyesado.    Dudo que él se haya contagiado con mi mala suerte diaria porque en ese momento no estaba conmigo,, en fin las causas no importan... las consecuencias sí.     Ahora está enyesado y probablemente lo esté por un par de meses, aún así no lo olvido e intento venir a verlo cuando mi horario me lo permite.     Se llama Javier y ya he hablado de él un par de veces, actualmente se encuentra en su cama sin ninguna otra entretención que el Wii y el computador, a pesar de que no pude ir al colegio, se aburre demasiado ya que obviamente casi no se puede levantar de su cama.   Varios de sus amigos lo vienen a ver cuando tienen tiempo, ya que el colegio les quita mucho tiempo al igual que a mí, yo he venido hoy caminando desde mi casa a visitarlo y aunque el pique desde mi casa a la suya es algo largo, vale la pena ir a verlo porque me encanta cuando me abraza y me mira con su cara de eterna felicidad.  Bueno, ahora estoy aquí a su lado escribiendo esta entrada para recordar luego de unos meses estemos camino al mall como lo hacíamos antes cagandonos de la risa.